Esto es lo que sabemos de PILAR MATEOS.
Libros de PILAR MATEOS
Estos son los libros que hay en nuestra base de datos para PILAR MATEOS
Una niña, con voz transparente, ojos de gata y grandes botas aparece y desaparece misteriosamente en casa del solitario Sanlúcar, un cajero de banco. ¿Quién es esa pequeña? ¿Y dónde se mete la gata de Sanlúcar cada vez que aparece? ¿Es posible que los gatos se conviertan en niños?
Jeruso es un niño que trabaja en la tienda de ultramarinos del señor Julián, llevando las compras de los clientes a domicilio. Pero, un día le roban el cajón del pedido. ¿Encontrará Jeruso al ladrón? Una tierna historia que muestra la falsedad de las primeras impresiones.
Los davirones son unos seres especiales. Viven en un lugar secreto y no saben cómo son los niños, pero ellos son pequeños, cambian de color según sus sentimientos y son bastante felices. Solo les falta reunirse, como lo hacen los niños. Davi-davirón viajará a la ciudad y allí buscará uno para que le enseñe a reír.
Una niña, con voz transparente, ojos de gata y grandes botas aparece y desaparece misteriosamente en casa del solitario Sanlúcar, un cajero de banco. ¿Quién es esa pequeña? ¿Y dónde se mete la gata de Sanlúcar cada vez que aparece? ¿Es posible que los gatos se conviertan en niños?
Una niña de diez años espera la visita de su tío Teo, que resulta ser un niño más pequeño que ella, pues solo tiene siete años. Tras la sorpresa inicial, resulta que el tío Teo es muy divertido, y vivirá con él y con su amiga Sonia muchas aventuras, ya que la amiga tiene una familia numerosa y muy original.
Cuando la bruja del pan "pringao" entró en los grandes almacenes, a las bufandas les salieron unas patas menudas y numerosas como las de los ciempiés. Y había bufandas de rayas que se te subían al cuello y bufandas de flecos que se te colgaban al hombro. Pero a la bruja, lo que son las cosas, nadie le reconoció aquel mérito.
Federico siente que nadie le escucha, por lo que decide no escuchar a nadie. Un día, sus amigos descubren que se ha convertido en un conejo rosa muy particular, que terminará en una granja de conejos. Para volver a ser Federico no necesita palabras mágicas, pues todas lo son, ya que aportan conocimiento...
NINGUNO existe de verdad. Yo lo he visto, no estoy hablando en broma. Parece que no tenía mucha prisa en crecer. Se había quedado tan pequeño, tan pequeño, que tenía que empinarse para alcanzarse las orejas. «íAy, Dios mío!, decía su madre. ¿Qué le daría yo a este niño, que abulta menos que una canica?
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