PATRICIA Y EDGAR (RELATOS ROMÁNTICOS Y FANTÁSTICOS)

CAPÍTULO I

La moto no arranca. La llevé al taller de mi hermano el Jueves y la puso a punto. Siempre me la juega cuando más falta me hace. Hoy me examino del último trimestre y ya finalizo mis estudios en la Universidad de Florida. ¡Oh Dios! Cómo llegue tarde me queda pasar todo el verano en casa preparando la recuperación. Qué calor con el dichoso casco. ¡Venga bonita ponte en marcha, no me puedes hacer esto!

-¿Señorita puedo ayudar en algo?

(Un amable dependiente se para en el parking del supermercado. En qué momento fui a por una botella de agua).

-Si por favor. No consigo poner en marcha mi moto. Tal vez si me empuja un poco cuesta abajo consiga que funcione.

-Claro señorita con mucho gusto.

(Con todas sus fuerzas me tiró por la pendiente y en el último momento el sonido del motor me tranquilizó. Con el viento de frente y el pelo casi en los ojos, alcé mi brazo para darle las gracias al dependiente).

Marchaba a toda velocidad solamente tenía que girar tres calles más abajo y llegaría hasta el pabellón de los estudiantes donde realizaría mis últimos exámenes para doctorarme en geología. Me apasiona la composición de los elementos de la Tierra, sus movimientos, la estructura interna. Desde que leí “Viaje al Centro de la Tierra” de Julio Verne cuando era una cría. He soñado con descubrir el entramado de cuevas, ríos subterráneos, volcanes, terremotos, tsunamis, huracanes…

¡De dónde ha salido ese coche!!!
?

CAPÍTULO II

-Doctor parece que la paciente intenta mover los párpados.

-Lucy es buena señal. Intentaré subirle un poco la medicación, con este empujoncito la traeremos de vuelta a la Tierra.

-Pobre jovencita. Lleva un mes desconectada del mundo real. El traumatismo craneal fue muy grave cuando sufrió el accidente. Suerte que llevaba el casco si no a estas alturas no la hubiéramos salvado.

-Si ha sido afortunada. Y la rapidez con la que la ingresaron en el hospital a jugado un papel muy importante.

-Me han comentado que el mismo conductor implicado en el accidente la trajo aquí inmediatamente. Todos los días pasa a visitarla. Y a veces viene otro joven y llora constantemente al lado de su cama, es su hermano. Creo que es la única familia que la queda.

-Vaya, pues va a necesitar mucha ayuda hasta que se recupere del todo. Quiero que esté consciente en un par de horas. Lucy si no ha vuelto en sí me avisas y le cambiaré el tratamiento.

-Doctor ¿y si está consciente también le aviso, verdad?

-Sí, si, habrá que averiguar hasta donde llega la lesión en su memoria, puede que sufra de amnesia después de tanto tiempo dormida.

-No se preocupe estaré pendiente de nuestra paciente…

(¿Quienes hablaban, de qué persona, dónde me encuentro? ¡Mis ojos no se abren! ¿Qué me ha ocurrido? Algo moja mi rostro. Parece que empiezo a parpadear, son mis propias lágrimas…).

(¿Un techo blanco? ¡Oh me duele mucho la cabeza! ¡No puedo ni moverla! ¿No hay nadie ahí? ¡No oigo mi propia voz, mi boca está cerrada. Solamente puedo mover los ojos! ¡Dios mío qué me ha pasado!).

(Oigo un ruido alguien viene ¡Por favor ayúdenme!!!)

-¡Vaya mi paciente preferida ha despertado como la bella durmiente!
Vuelvo enseguida voy a avisar al Doctor. ¡Es un milagro!

(¿Estaré en el Cielo muerta y es un ángel de bata blanca? No creo. ¡Horror estoy un hospital! ¿Cómo he llegado hasta aquí? )

(Un señor con barba, bigote y gafas de edad madura me miró fijamente con el entrecejo arrugado y cara seria).

-Ya está consciente Patricia. Me alegro mucho por usted. Nos tenía a todo el personal médico muy preocupados. En varias semanas se sentirá mucho mejor. Yo soy el Doctor Morrison y Lucy es tu enfermera en el turno de noche.

(Otra cara se asomó, esta vez ya la había visto, es una mujer con el pelo blanco, con una sonrisa sincera y está muy delgada y arrugada.)

-Patricia ya estás entre los vivos. Ahora el Doctor Morrison hará unos ejercicios para estimular los movimientos de tu cara.

(¡Si me d
Idioma: CASTELLANO
CAPÍTULO I

La moto no arranca. La llevé al taller de mi hermano el Jueves y la puso a punto. Siempre me la juega cuando más falta me hace. Hoy me examino del último trimestre y ya finalizo mis estudios en la Universidad de Florida. ¡Oh Dios! Cómo llegue tarde me queda pasar todo el verano en casa preparando la recuperación. Qué calor con el dichoso casco. ¡Venga bonita ponte en marcha, no me puedes hacer esto!

-¿Señorita puedo ayudar en algo?

(Un amable dependiente se para en el parking del supermercado. En qué momento fui a por una botella de agua).

-Si por favor. No consigo poner en marcha mi moto. Tal vez si me empuja un poco cuesta abajo consiga que funcione.

-Claro señorita con mucho gusto.

(Con todas sus fuerzas me tiró por la pendiente y en el último momento el sonido del motor me tranquilizó. Con el viento de frente y el pelo casi en los ojos, alcé mi brazo para darle las gracias al dependiente).

Marchaba a toda velocidad solamente tenía que girar tres calles más abajo y llegaría hasta el pabellón de los estudiantes donde realizaría mis últimos exámenes para doctorarme en geología. Me apasiona la composición de los elementos de la Tierra, sus movimientos, la estructura interna. Desde que leí “Viaje al Centro de la Tierra” de Julio Verne cuando era una cría. He soñado con descubrir el entramado de cuevas, ríos subterráneos, volcanes, terremotos, tsunamis, huracanes…

¡De dónde ha salido ese coche!!!
?

CAPÍTULO II

-Doctor parece que la paciente intenta mover los párpados.

-Lucy es buena señal. Intentaré subirle un poco la medicación, con este empujoncito la traeremos de vuelta a la Tierra.

-Pobre jovencita. Lleva un mes desconectada del mundo real. El traumatismo craneal fue muy grave cuando sufrió el accidente. Suerte que llevaba el casco si no a estas alturas no la hubiéramos salvado.

-Si ha sido afortunada. Y la rapidez con la que la ingresaron en el hospital a jugado un papel muy importante.

-Me han comentado que el mismo conductor implicado en el accidente la trajo aquí inmediatamente. Todos los días pasa a visitarla. Y a veces viene otro joven y llora constantemente al lado de su cama, es su hermano. Creo que es la única familia que la queda.

-Vaya, pues va a necesitar mucha ayuda hasta que se recupere del todo. Quiero que esté consciente en un par de horas. Lucy si no ha vuelto en sí me avisas y le cambiaré el tratamiento.

-Doctor ¿y si está consciente también le aviso, verdad?

-Sí, si, habrá que averiguar hasta donde llega la lesión en su memoria, puede que sufra de amnesia después de tanto tiempo dormida.

-No se preocupe estaré pendiente de nuestra paciente…

(¿Quienes hablaban, de qué persona, dónde me encuentro? ¡Mis ojos no se abren! ¿Qué me ha ocurrido? Algo moja mi rostro. Parece que empiezo a parpadear, son mis propias lágrimas…).

(¿Un techo blanco? ¡Oh me duele mucho la cabeza! ¡No puedo ni moverla! ¿No hay nadie ahí? ¡No oigo mi propia voz, mi boca está cerrada. Solamente puedo mover los ojos! ¡Dios mío qué me ha pasado!).

(Oigo un ruido alguien viene ¡Por favor ayúdenme!!!)

-¡Vaya mi paciente preferida ha despertado como la bella durmiente!
Vuelvo enseguida voy a avisar al Doctor. ¡Es un milagro!

(¿Estaré en el Cielo muerta y es un ángel de bata blanca? No creo. ¡Horror estoy un hospital! ¿Cómo he llegado hasta aquí? )

(Un señor con barba, bigote y gafas de edad madura me miró fijamente con el entrecejo arrugado y cara seria).

-Ya está consciente Patricia. Me alegro mucho por usted. Nos tenía a todo el personal médico muy preocupados. En varias semanas se sentirá mucho mejor. Yo soy el Doctor Morrison y Lucy es tu enfermera en el turno de noche.

(Otra cara se asomó, esta vez ya la había visto, es una mujer con el pelo blanco, con una sonrisa sincera y está muy delgada y arrugada.)

-Patricia ya estás entre los vivos. Ahora el Doctor Morrison hará unos ejercicios para estimular los movimientos de tu cara.

(¡Si me
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